George Edward Moore, figura central en la filosofía analítica del siglo XX, es recordado por su profunda influencia en el pensamiento británico. Su obra marcó un punto de inflexión, alejando la filosofía de las tendencias idealistas de su época.
Este filósofo británico se distinguió por su defensa del sentido común y sus aportes cruciales a la ética, la epistemología y la metafísica, redefiniendo el rumbo de la disciplina.
Lo que leerás en este artículo:
Primeros años y formación académica de G. E. Moore
Nacido el 4 de noviembre de 1873 en Upper Norwood, Londres, George Edward Moore fue el hijo del medio de Daniel Moore, un médico, y Henrietta Sturge. Su abuelo fue el autor George Moore, y su hermano mayor, Thomas Sturge Moore, destacó como poeta y grabador. Desde temprana edad, G. E. Moore mostró una prometedora aptitud intelectual que lo llevaría a las más altas esferas académicas.
Su educación formal comenzó en Dulwich College, una institución de renombre. Posteriormente, en 1892, Moore ingresó en el Trinity College de Cambridge, donde inicialmente se dedicó al estudio de los clásicos antes de centrarse en las ciencias morales. Sus resultados académicos fueron excepcionales, obteniendo un «double first» en sus exámenes.
El talento de Moore fue reconocido rápidamente, y en 1898, fue nombrado Fellow de Trinity College. Esta posición le permitió continuar su investigación y docencia, consolidando su reputación como un pensador original y riguroso. Más adelante, entre 1925 y 1939, ocuparía la prestigiosa cátedra de Profesor de Filosofía Mental y Lógica en la Universidad de Cambridge.
En este entorno intelectual vibrante, G. E. Moore se convirtió en un miembro importante y admirado de los Cambridge Apostles, un grupo de discusión secreto formado por la élite intelectual británica. De hecho, uno de sus colegas y admiradores más fervientes, Bertrand Russell, llegó a expresar una admiración casi reverencial por Moore, considerándolo un «ideal de genio» en sus primeros años.
La filosofía de G. E. Moore: sensatez y ética
La contribución más duradera de G. E. Moore a la filosofía analítica se centra en su defensa del no-naturalismo ético y su insistencia en la primacía del sentido común como método filosófico. Junto con figuras como Bertrand Russell, Ludwig Wittgenstein y Gottlob Frege, fue uno de los iniciadores de la filosofía analítica, marcando una distinción clara con el idealismo predominante en la filosofía británica de su tiempo.
Su obra cumbre, Principia Ethica, publicada en 1903, revolucionó el pensamiento ético. En este texto fundamental, Moore cuestionó las influencias del idealismo hegeliano y kantiano, sentando las bases de una nueva aproximación a la metaética. Este libro no solo influyó en los debates éticos y políticos de su época, mostrando a Moore como un entusiasta del keynesianismo y un crítico de las formas tradicionales de utilitarismo, sino que también dejó una profunda huella en la generación del Grupo de Bloomsbury.
Además de Principia Ethica, Moore es ampliamente reconocido por ensayos clave como «The Refutation of Idealism» (1903), que desafió las nociones idealistas del conocimiento y aprendizaje, y «A Defence of Common Sense» (1925), donde argumentó convincentemente a favor de la validez de nuestras creencias de sentido común frente al escepticismo filosófico. Otro de sus trabajos influyentes es «A Proof of the External World», donde busca demostrar la existencia de objetos externos de manera directa.
Moore se mostró crítico con la filosofía moderna por lo que percibía como una falta de progreso significativo, contrastándolo drásticamente con los avances espectaculares observados en las ciencias naturales desde el Renacimiento. Su estilo de escritura era conocido por su claridad y circunspección, así como por un tratamiento metódico y paciente de los problemas filosóficos, cualidades que influyeron a numerosos pensadores. La metodología y los conceptos introducidos por G. E. Moore aún resuenan en los debates filosóficos contemporáneos.
La falacia naturalista y Principia Ethica
En Principia Ethica, G. E. Moore introdujo y popularizó el concepto de la «falacia naturalista». Esta falacia ocurre, según Moore, cuando los filósofos intentan definir el bien en términos de propiedades naturales o metafísicas (como el placer, la utilidad o la voluntad de Dios). Moore argumentaba que «bueno» es una cualidad simple e indefinible, irreducible a cualquier otra propiedad, de manera análoga a cómo el color amarillo no puede definirse más que por ser amarillo.
Esta distinción fue crucial para establecer el no-naturalismo ético, postulando que las propiedades morales son intrínsecas y no pueden ser derivadas lógicamente de hechos empíricos o metafísicos. Para Moore, si se intenta definir el bien con algo más, se está incurriendo en una tautología si la definición es correcta, o en un error de reducción si es incorrecta.
El impacto de Principia Ethica fue tal que inspiró una reacción considerable contra el naturalismo ético y contribuyó significativamente a la preocupación del siglo XX por la metaética. Los debates sobre la naturaleza de los juicios morales y la objetividad de la ética se vieron profundamente influenciados por las ideas de Moore, abriendo nuevas avenidas de investigación en la filosofía moral.
El trabajo de este filósofo británico en ética sentó las bases para el estudio de cómo se puede conocer el valor moral y cómo se justifican las afirmaciones éticas, consolidando su lugar como una figura indispensable en la historia de la filosofía moral moderna.
Legado e influencia de G. E. Moore
La trayectoria y la personalidad de G. E. Moore dejaron una huella imborrable en el panorama filosófico y cultural de su época. Admirado por su claridad de pensamiento, su rigor intelectual y su excepcional carácter moral, Moore fue, en palabras de Ray Monk, «el filósofo más reverenciado de su era», aunque hoy en día es quizás menos conocido fuera de los círculos académicos.
Más allá de su rol en Cambridge, donde fue Profesor de Filosofía Mental y Lógica, Moore ejerció una influencia significativa como editor de la prestigiosa revista Mind entre 1921 y 1947. Esta posición le permitió moldear el discurso filosófico y promover el rigor analítico que caracterizó su propia obra. Fue, además, miembro de la Academia Británica desde 1918 y presidente del Cambridge University Moral Sciences Club durante un largo período, de 1912 a 1944.
Su compromiso con el humanismo también se manifestó en su presidencia de la British Ethical Union (hoy Humanists UK) entre 1935 y 1936. En 1951, como reconocimiento a su inmensa contribución al pensamiento, G. E. Moore fue condecorado con la Orden del Mérito, uno de los honores más distinguidos en el Reino Unido.
G. E. Moore falleció en Cambridge el 24 de octubre de 1958, siendo incinerado y sus cenizas depositadas en el Parish of the Ascension Burial Ground. Su esposa, Dorothy Ely, y sus dos hijos, el poeta Nicholas Moore y el compositor Timothy Moore, continuaron su legado artístico y cultural. En definitiva, G. E. Moore es recordado como uno de los pilares de la filosofía analítica y un pensador cuya dedicación a la claridad y al sentido común reconfiguró el discurso filosófico del siglo XX.
Referencias
BRITANNICA. «G. E. Moore». Encyclopædia Britannica, 2023. Disponible en: https://www.britannica.com/biography/G-E-Moore IEP. «George Edward Moore». Internet Encyclopedia of Philosophy, s.f. Disponible en: https://iep.utm.edu/moore/ MONK, R. «G. E. Moore». The Great Thinkers, s.f. Disponible en: https://thegreatthinkers.org/moore-ge/ WIKIPEDIA. «G. E. Moore». Wikipedia, La Enciclopedia Libre, s.f. Disponible en: https://en.wikipedia.org/wiki/G.E.Moore
Preguntas frecuentes
George Edward Moore (1873-1958) fue un filósofo británico fundamental, reconocido como uno de los iniciadores de la filosofía analítica, junto a Bertrand Russell y Ludwig Wittgenstein. Su trabajo fue decisivo para reorientar la filosofía británica desde el idealismo hacia una metodología anclada en el sentido común, dejando una huella importante en la ética, la epistemología y la metafísica.
Moore es célebre por su defensa del no-naturalismo ético, una postura detallada en su influyente obra *Principia Ethica*, que también impulsó el estudio de la meta-ética en el siglo XX. Asimismo, se le reconoce por su firme defensa del sentido común como un pilar fundamental para el análisis filosófico y por su aguda crítica a la falta de progreso en la filosofía moderna.
Entre las obras que consolidaron su legado, *Principia Ethica* (1903) es un referente esencial en la ética. Sus ensayos «La refutación del idealismo» (1903), que desafió las corrientes idealistas de su tiempo, «Una defensa del sentido común» y «Una prueba del mundo externo», son también pilares que muestran su claridad de pensamiento y su enfoque riguroso en los problemas filosóficos.
Moore gozó de una gran admiración en su época, siendo descrito por su «excepcional personalidad y carácter moral». Fue profesor de filosofía en la Universidad de Cambridge, editor de la prestigiosa revista *Mind* y miembro de los influyentes Cambridge Apostles. Su pensamiento caló en el Grupo de Bloomsbury y llegó a presidir la British Ethical Union, consolidando su estatus como uno de los filósofos más respetados de su era.
Perfil
G. E. Moore
Fallecimiento: 24 de octubre de 1958 – Cambridge, Inglaterra, Reino Unido